CRÓNICA Y FOTOGRAFÍAS DEL EXITOSO III ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM EN MÁLAGA

   

 

 

  III ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA

         Málaga, 22 de Septiembre de 20018

  Diez horas   por Rafael Ordóñez (Una Voce Málaga)

 

 

 

 

Sirvan estas palabras como crónica de las diez horas que cambiaron la vida de la Misa Tradicional en Málaga, a buen seguro en Andalucía y, por el eco obtenido, puede que también en España. A las 12 de la mañana ya era fácil intuir lo que iba a ser la jornada histórica de este sábado de septiembre, vísperas de la festividad de San Pío de Pietrelcina. Siete meses de intenso trabajo por parte de la Comisión Misa Tradicional Andalucía y Una Voce Málaga cristalizaban en aquella hora. La asistencia a la Conferencia tenía a los organizadores en estado de vigilia. Pero comenzó la afluencia de personas de forma lenta, pero incesante. Cuando Monseñor Bux llegó, la Antigua Capilla del Palacio Episcopal malagueño estaba casi al completo. Oír a Monseñor Bux fue como oír un compendio enciclopédico de sabiduría, profunda experiencia de vida eclesial y amor a la liturgia eterna. Él conoce, como pocos, la gestación y el alumbramiento de Summorum Pontificum. Su cercanía y colaboración con el Santo Padre Benedicto XVI hizo que el auditorio estuviese sin pestañear a lo largo y ancho de su disertación. El muy ilustre conferenciante fue presentado con brevedad, tal como era su deseo, por el firmante de esta crónica, cerrando el acto el coordinador general de la Comisión Misa Tradicional de Andalucía.

En próximas entradas publicaremos en este blog el texto de la conferencia.

 

El Salón de Actos del Palacio Episcopal de Málaga registró un lleno para la ocasión.

 

El conferenciante, Monseñor Nicola Bux, Prelado de Su Santidad y estrecho colaborador de Benedicto XVI

 

Vista frontal del Salón de Actos.

 

 

Acto seguido se celebró la habitual comida de hermandad en la que participaron fieles de todas las diócesis de Andalucía y que resultó entrañable, tranquila, muy de amigos o miembros de una misma familia, y en la que tuvimos excepcional oportunidad de saludarnos, de departir y de unir voluntades y afectos.

 

Momento de la bendición de la mesa por parte del Mons. Bux

 

 

A las 7 de la tarde llegaba la hora H del día D. Dos horas antes ya estábamos en la Catedral malacitana cerrando los mil y un detalles de última hora. El recinto sacro estaba cerrado aún para los asistentes, pero estos ya se iban agolpando en la puerta. En ese momento supimos que la Catedral se iba a llenar. Ensayos, nervios, disposiciones finales y a la ceremonia. Media hora antes se abrieron las puertas del templo y los malagueños, junto a los venidos de toda Andalucía, ocuparon la totalidad de asientos disponibles, siendo necesario habilitar un sinfín de sillas supletorias. Se inició la procesión hacia el altar compuesta por tres acólitos, maestro de ceremonia, subdiácono, diácono y celebrante. Los sacerdotes eran el reverendo don Raúl Olazábal (subdiácono), el reverendo don Alexis Rouquayrol (diácono), ambos del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, y el Muy Ilustre Monseñor Don Nicola Bux, respectivamente. Cerraba el cortejo el Sr. Obispo de Málaga Don Jesús Catalá Ibáñez acompañados por los señores canónigos Don Felipe Reina, Don José León y don Isidro Rubiales. Los ornamentos fueron sencillamente preciosos, espectaculares. Una belleza que impresionó a los asistentes. Fue este el caso de la casulla del celebrante, de las dalmáticas del diácono y subdiácono y de la capa pluvial del señor obispo.

 

 

Procesión de entrada por parte del Sr. Obispo de Málaga

 

 

 

 

 

 

La Santa Misa se desarrolló en un estado de expectación máxima para todos los presentes. Una misa solemne, ajustada, sin excesos, profunda, impactante en su sencillez y en su grandeza. Monseñor Bux transmitió perfectamente la más íntima verdad de un sacerdote, ser un Alter Christi, su sentido de la adoración y su sentirse ínfimo ante la presencia del Misterio. Todos lo percibieron. De igual forma el diácono y el subdiácono transmitieron su profundo estado de reverencia y humildad ante lo más grande que ocurre en la Tierra todos los días: la Santa Misa. La música del órgano catedralicio y las voces de la schola gregoriana estuvieron al nivel requerido por tan magna celebración, simplemente impecables.Todos al límite de la perfección. Ni una sola de las personas asistentes abandonó su asiento durante toda la celebración. El Sr. Obispo participó de una forma muy edificante para todos. Como sumo liturgo de la diócesis siguió la ceremonia con total atención, siendo siempre para todos ejemplar punto de referencia en su actitud, sus gestos y en su presencia misma. Impartió al final la bendición apostólica, recibida de forma unánime de rodillas por los fieles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La homilía la dijo Monseñor Catalá Ibáñez al final, siendo corta pero bien honda. Los nombres de Jesucristo y de María enseñorearon su plática. Terminada la predicación, y de forma sencilla y sin prólogo alguno, soltó la bomba que hizo saltar por los aires, eso sí, en forma de alegría desbordada, aplausos y lágrimas, este III Encuentro: La Santa Misa Tradicional en Málaga pasa a celebrarse todos los domingos. Todavía me aprieta un pellizco en el diafragma cuando lo escribo. Dios se lo pague, Don Jesús, como Él lo hace todo, sobreabundantemente.

 

 

 

El texto de la homilía pronunciada por el prelado de Málaga puede leerse pinchando aquí

 

 

Coordinadores de la Comisión Misa Tradicional Andalucía pertenecientes a todas las Diócesis de Andalucía, junto al obispo de Málaga

 

Don Jesús Catalá, posa con varias familias numerosas tras la Santa Misa

 

@ Fotografías: Don Antonio Varo y Misa Tradicional Andalucía

 

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI